Iglesia de Santa Cruz, hoy ermita del cementerio de la villa, fue en el pasado la primitiva iglesia parroquial de Torquemada. Fue construida en buena cantería de piedra caliza a finales del siglo XII. Ya un siglo después, a finales del siglo XIII la iglesia sería reformada y ampliada, su planta es basilical de tres naves, con un solo ábside rectangular situado en la cabecera, que es la parte más antigua del templo, y donde se mantienen sus mejores vestigios románicos.

En el exterior de esta cabecera románica de tradición hispana, veremos que en la parte superior de ambas fachadas, sus cornisas ajedrezadas vuelan sobre canecillos esculturados, donde están representados motivos de rollos escalonados, cabezas de animales, serpientes enlazadas y otros temas ornamentales. En el resto del edificio, sus cornisas descansan sobre modillones ya sencillos y sin esculturar.

El acceso a este templo de Santa Cruz de Torquemada se hace por su única portada, que se abre en un cuerpo resaltado en el hastial de poniente, sobre el que en el siglo XVIII se colocó una espadaña barroca de frontón triangular. Esta portada de ingreso es otro de los elementos románicos más importantes de este templo, uno de los pocos que de este estilo se han conservado en el Cerrato palentino. Está conformada por cuatro arquivoltas planas de medio punto, la tercera de las cuales podemos ver que se decora con una banda ajedrezada, y que a todas ellas las cubre un guardapolvos o chambrana formada por un bocel y una moldura de puntas de diamante. Todo el conjunto descansa sobre cimacios moldurados con una impronta de nacela, que a la vez se apoya en jambas acodilladas.

Ya dentro del templo veremos que sus tres naves se cubren con bóvedas ojivales del siglo XIII, que descansan sobre rotundos pilares con semicolumnas entregas, donde nos llamarán la atención sus capiteles de altas cestas decoradas con águilas explayadas que apoyan sus garras en el collarino, así como otro con decoraciones vegetales y entrelazados de figuras ovoides.

En esta iglesia de la Santa Cruz de Torquemada y en el personaje de un ermitaño de Valdesalce, se inspiró D. Jose Zorrilla y Moral para escribir un cuento gótico titulado “La mujer negra o una antigua capilla de templario”.

En esta iglesia fue enterrado Juan de  Blankenfeld obispo de Riga (Letonia), que tras enfermar y fallecer en Torquemada en 1527 se le dio sepultura en esta iglesia.